Hablemos de los hombres con discapacidad. Lo disca no te quita lo violento.
En estos días me preocupan muchas cosas y estoy pensando mucho, como todxs. Pero hay algo que realmente me preocupa y es hora de hacerlo visible. Porque lo que no se nombra no existe y lo que se calla, lastima. Me explotan los ovarios de tanta bronca y miles de emociones encontradas. En esta última semana, a raíz del hartazgo general por un lado, y de un texto que compartió una amiga sobre el machismo en hombres ciegos también, se dieron en distintos grupos de militancia tanto feministas como de personas con discapacidad, instancias de debate y de catarsis sobre el tema. El debate no surge porque estamos aburridas y queremos hablar del tema. El debate, la expresión de la indignación y de la bronca surge porque nos pasa, nos pasó a nosotras y a otras que conocemos. Y sigue pasando. Pasa aún en la actualidad que somos violentadas de múltiples formas por hombres con discapacidad, y que no lo podemos decir. Queda tan oculto, tan invisible que empezamos a naturalizarlo, desde pensar que por